Vitamina D

El pasado 21 de junio se dio inicio al verano y con ello al calorcito y al sol intenso. Los días son más largos, llegan las deseadas vacaciones, las idas a la playa, piscinas, paseos al aire libre y la ropa ligera. Y aunque en estas fechas pasamos gran parte del día callejeando, un número importante de personas padecemos carencia de vitamina D en nuestro organismo.
Y ¿Qué es la vitamina D?
Es una de las vitaminas liposolubles -soluble en grasas o aceites- que tiene un papel esencial en la regulación del metabolismo del calcio y fósforo, imprescindibles para la formación normal de los huesos y de los dientes, fuera de que permite la absorción del calcio a nivel intestinal. Además, puede desempeñar un papel importante en la regulación del sistema inmunitario.
Y ¿Cómo la obtenemos?
Gracias a dos mecanismos naturales: En su mayor parte, mediante la exposición a los rayos solares (UV-B de onda corta de 290 a 320nm) y la síntesis que ocurre en la piel -de la que se puede cubrir hasta un 90% de nuestras necesidades diarias-, y por el consumo de algunos alimentos como por ejemplo: pescados grasos, yema de huevo, aceite de hígado de pescado y algunos tipos de hongos, como el shiitake, aunque de todos ellos se obtiene tan solo el 20% o menos de la necesidad diaria.
Y ¿A qué se debe esta carencia si disfrutamos de más horas de sol que otros países ?
Si nos detenemos a pensar en nuestro cotidiano, exceptuando los días de vacaciones, pasamos el resto del año alrededor de un 90% del tiempo en espacios interiores, con falta de luz natural y por ende con carencia de radiación natural. Y es que necesitamos como mínimo tres veces por semana estar unos 30 minutos en contacto con el sol, a horas menos potentes, para poder tener una producción suficiente y saludable para el organismo. Sumado lo anterior al uso de cremas solares, que filtran justamente los rayos ultravioleta de onda corta, y al déficit de vitamina D en la dieta nos da como resultado una carencia de esta vitamina.

¿Cuáles son los síntomas?
Dolores óseos difusos y dolores articulares, falta de energía, debilidad muscular y agotamiento fácil al caminar, espasmos musculares y fractura de huesos en casos muy graves.
*En caso de tener algunos de estos síntomas es imprescindible un análisis de sangre para confirmar el déficit .
y ¿Qué consecuencias tiene?
Disminuye la absorción del calcio a nivel intestinal y promueve el gasto del calcio almacenado en el hueso, desmineralización de los huesos, osteoporosis, raquitismo, enfermedades inmunológicas, depresión y se ha relacionado con enfermedades respiratorias, como la neumonía, tuberculosis y la bronquiolitis.
En resumen, aunque es bien sabido que una excesiva exposición al sol puede ocasionar envejecimiento de la piel o un melanoma -cáncer de piel-, no lo es tanto la necesidad que tenemos de los rayos UV para sintetizar este micronutriente, por lo que se recomienda exponerse al sol unos 10 a 15 minutos cada día en horas de menos insolación e introducir en nuestra dieta alimentos ricos en vitamina D.
¡El sol es beneficioso para mantenernos sanos!.

Fuentes:
http://www.scielo.org.co/pdf/biosa/v16n1/v16n1a08.pdf
https://www.who.int/elena/nutrient/es/
http://https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3166406/