Decrecimiento, vivir con menos

La teoría del Decrecimiento nace en los años 70 con la tesis del matemático y economista Nicholas Georgescu-Roegen que determinó que el modelo económico existente no tenía en cuenta el principio de degradación de la energía y la materia. Mediante la termodinámica ilustró la insostenibilidad ecológica de la economía neoclásica ya que no tiene en cuenta que la energía total del universo se mantiene constante, no se crea ni se destruye solo se transforma. En este sentido el PIB, por ejemplo, solo considera el aumento de producción y la venta de bienes y servicios, por lo que los costes ambientales y sociales no se incluyen dentro del precio del producto.

El modelo de desarrollo actual -crecimiento económico continuo- es insostenible a vista de todos. Hemos superado los límites ambientales y los desastres climatológicos son cada vez más recurrentes, el crecimiento de la población continua, la desigualdad social está cada vez más acentuada y se sigue consumiendo y derrochando. Y, el término “Desarrollo sostenible”, muy en boga hoy en día, dentro de la emergencia climática a la que nos enfrentamos, ¿es viable?

En 2019 la Asamblea General de Naciones Unidas declaró 2021 como el Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible. “Las industrias creativas son fundamentales para la agenda de desarrollo sostenible. Estimulan la innovación y la diversificación de la economía, son un factor importante en el floreciente sector de servicios, apoyan el espíritu empresarial y contribuyen a la diversidad cultural,” dijo Durant -secretaria general adjunta de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD)-. En 2020, con el planeta paralizado y confinado, la pandemia ayudó a movilizar mentes creativas que desarrollaron propuestas interesantes en múltiples ámbitos -artesanías, startups, arte, comunidad, etc-, sin embargo, ese mismo año la concentración en la atmósfera de dióxido de carbono (CO2) marcó un nuevo récord histórico y se situó en 413 partes por millón, pese a la relativa reducción de nuevas emisiones que provocó la pandemia.

Como decíamos en la entrada anterior de nuestro Blog “Fitópolis, ciudad vegetal”, según el biólogo Stefano Mancuso si mañana mismo “todo” el planeta se vuelve vegetariano, emplea coches eléctricos y energías verdes no habría ninguna mejora, simplemente pararíamos el deterioro a ese momento exacto y dejaría de agravarse la situación, pero evidentemente ya no es sostenible. Por lo que en respuesta a la pregunta si es viable un Desarrollo Sostenible, esta sería NO ya que “cualquier” desarrollo basado en la producción de bienes y servicios aumentará la necesidad de recursos y es insostenible en un mundo finito. Como dice el sociólogo y catedrático Ernest García “El concepto de Desarrollo Sostenible es inconstruible, culturalmente desorientador y políticamente engañoso”.

El Decrecimiento es una tendencia actual del pensamiento económico, político y social que emplea otros índices de desarrollo alternativo como el Indicador del Desarrollo Humano, índice del Rendimiento Ambiental o la huella ecológica. Busca la disminución controlada y progresiva de la producción con el objetivo de equilibrar la relación entre los seres humanos y la naturaleza. Es cierto que hablar de decrecimiento puede sonar contradictorio cuando hay países en los que la mayoría de la población no ha llegado a conocer ni los mínimos derechos básicos. Aquí habría que puntualizar que desarrollo es un término que no solo atañe al aumento de bienestar material, sino que también el acceso a la salud y a la cultura sin imitar el modelo de consumo que promueven los países más desarrollados. El decrecimiento busca alcanzar un crecimiento cualitativo y humano con unos recursos limitados. Y como alternativa al Híperdesarrollo, a la Híperproducción y al Hiperconsumo, promueve las 8R: Reevaluar (cooperación v/s competencia), reconceptualizar (pobreza, escasez, etc), reestructurar (con un cambio de valores), reubicar (producción y consumo local), redistribuir (igualdad), reducir (limitar a la capacidad de regeneración), reutilizar y reciclar. Por lo que el decrecimiento propone consumir menos para vivir mejor y de esta manera alcanzar ese equilibrio tan necesario entre seres humanos y naturaleza.

¿Estarías dispuesta a consumir menos? Desde luego La Companyia Verda sí.