¡Feliz 2019! ¡Feliz oportunidad!

Solemos considerar el fin de año como un final de ciclo, un momento para reflexionar y poner en una balanza lo que hemos vivido, lo que nos ha encantado y lo que no tanto, lo que podemos cambiar, mantener o mejorar y nos invita a pensar en nuevos propósitos, metas, desafíos, objetivos, en definitiva, una nueva oportunidad, un “borrón y cuenta nueva”.
Las fiestas de nochebuena y nochevieja nos llevan a vivir momentos especiales con nuestros seres queridos, preparar ricas comidas y compartir ese final de ciclo. Es un momento familiar, de unidad o conciliación, de festejo y de alegría.
Sin embargo, el día después de esas fechas tan especiales vemos -o no- cómo se incrementa la basura doméstica, hasta en un 40%, se refuerza el personal de limpieza y los medios para las recogidas, se incorporan cientos de contenedores esporádicos y se leen noticias como que este primero de enero de 2019, se retiró de la Puerta del Sol, Madrid, 30 toneladas de residuos. ¿30 toneladas en solo esa plaza? No sé a ustedes, pero a nosotras se nos encoge el corazón y nos muestra un panorama totalmente distinto al de la felicidad, contemplación y goce que teníamos ayer. Nos muestra una clara inconsciencia de cómo estas celebraciones afectan a nuestro medioambiente y, en consecuencia, a nosotros mismos.
El inicio de año, después de una celebrada y animada fiesta, refleja un estado real de nuestros hábitos. Espacios públicos regados de desperdicios, contenedores colapsados y en los hogares varias bolsas extras de basura con sobrantes de comidas, bebidas y envoltorios. Todo esto sumado a regalos con recambio constante de pilas y baterías, otros regalos que ya tenemos y se repiten, pelucas, cotillones, decoraciones desechables y un amplio etcétera, todo un deleite de satisfacciones instantáneas, pero que nos pasarán factura más temprano que tarde.

Y es que una celebración de cualquier dimensión ya sea festivales musicales, fiestas electrónicas, bodas, cumpleaños, encuentros deportivos u otras de cualquier índole, conlleva a la generación de desechos. Y tal como mostramos en nuestras entradas del blog: “Día Mundial del Medioambiente” o “Plastic Attack”, muchos de estos residuos generan impactos realmente preocupantes.
Si gran parte de la población inicia el año con nuevos propósitos y metas ¿Qué tal si incorporamos a nuestra lista algo que se relacione con el consumo responsable? Nuestro consumo no solo tiene un efecto en nosotros mismos. Un consumo responsable implica antes que todo evitar comprar un producto de manera impulsiva, innecesaria, informarse de su origen, su composición, el trato a sus trabajadores, evitar lo que implique un solo uso, comprar sin envoltorios o con envases retornables y, sobre todo, pensar en los residuos y la basura que generamos solo con ese producto. Todo cambio merece su tiempo, su aprendizaje, paciencia, pensar en nuestro entorno, en los otros, en el futuro, pero necesariamente, pensar mejor.
¡Feliz año nuevo!
¡Feliz oportunidad!

Fuentes:
https://es-es.facebook.com/zerowastebarcelonanetwork/
https://es-es.facebook.com/pages/category/Nonprofit-Organization/ZERO-WASTE-España-797262323711879/
https://www.ecologistasenaccion.org/?p=11728